Se espera que Estados Unidos y China extiendan su actual pausa en la imposición de nuevos aranceles por otros 90 días, mientras altos funcionarios de ambos países se reúnen en Estocolmo para una nueva ronda de negociaciones comerciales. Las conversaciones tienen como objetivo abordar disputas económicas de larga data y mantener la estabilidad en el comercio global, con ambas partes esperando evitar la escalada de la guerra comercial. La extensión mantendría los aranceles en niveles reducidos, brindando más tiempo a los negociadores para trabajar hacia un acuerdo más amplio. Los problemas clave incluyen la dependencia de China en las exportaciones y la presión de Estados Unidos para reformas económicas en China. El resultado de estas conversaciones podría tener implicaciones significativas para las cadenas de suministro globales y las futuras relaciones entre Estados Unidos y China.
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