El sur de Europa está soportando una ola de calor sin precedentes y mortal, con temperaturas que superan los 44°C (111°F) en Italia, Grecia y España. El calor extremo ha provocado al menos cinco muertes en Italia, advertencias de salud generalizadas y graves interrupciones en los viajes y la vida diaria. Los trabajadores al aire libre son especialmente vulnerables, lo que ha generado protestas y demandas de mejores protecciones. Las redes eléctricas están bajo presión, y las autoridades han emitido alertas rojas y cerrado temprano destinos turísticos populares para proteger la seguridad pública. La crisis pone de manifiesto las crecientes preocupaciones sobre el cambio climático y la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos en toda la región.
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